domingo, 28 de junio de 2009

PSICOPATOLOGIA EN LA AGRESIÓN SEXUAL EXTREMA Y SUS REPERCUSIONES EN PSICOLOGÍA FORENSE.

PSICOPATOLOGIA EN LA AGRESIÓN SEXUAL EXTREMA Y SUS REPERCUSIONES EN PSICOLOGÍA FORENSE.
DR. ERIC GARCÍA LÓPEZ.
DR. EN PSICOLOGIA LEGAL Y FORENSE (MADRID ESPAÑA)



VIOLENCIA SEXUAL.


PSICOPATOLOGIA


Violencia sexual. Repercusiones forenses


Algunos médicos y neurólogos afirman que la agresividad o esta conducta que hace que él ser humano sea un psicópata es por que tiene un daño en el (lóbulo frontal) o en la (amígdala cerebral).

*La violencia es anormal en extremo.
*No hay un perfil del agresor sexual.

*Caso de un Agresor sexual: le mutila el miembro a su victima, lo obliga a masturbar al propio miembro, después le corto las manos y por ultimo lo decapito.

Los sujetos psicópatas no reconocen una expresión de dolor
REPERCUSIÓN FORENSE.
La importancia de los juicios orales, para el psicólogo forense es saber distinguir el comportamiento psicótico o psicopático del inculpado.

Pruebas aun usadas para los casos de violación: Machover, HTP, HOMBRE BAJO LA LLUVIA.

Violencia sexual infantil.



Psicología.


Jurídica Forense Caminos Psicopatología Neurociencia
Paralelos

Derecho

Caminos convergentes






Procedimiento acusatorio
Adversarial


Oralidad Inmediatez Adversariedad Publicidad

Psicología forense

Discusión análisis

* El DSM IV R es el que más es usado para este tipo de clasificaciones.
(personal.telefonica.terra.es/web/psico/dsmiv.)

Tipologías de evaluación psicológica forense.

Características personales Procesos de sociabilización
Psicopatología Estilo de vida
Taza de reincidencia Respuesta al tratamiento


Objetivos

Evaluación del agresor sexual
Nivel psicológico (Soria.2006)


Alcance y magnitud Amenaza social
De la desviación sexual inmediata o a largo plazo


Si se pueden modificar las Valorar el riesgo de
Cogniciones, actitudes, reacciones reincidencia
Emociones y conductas erróneas

Riesgos
(caso)

Goyo cárdenas Esquizofrénico Necrófilo
Psicología
Forense
(Riesgos)


Nespecifico Desdoblamiento de la personalidad


Heredoietico obsesivo


Epiléptico psíquico Vampiro


Gregorio cárdenas
Aunque el caso del multihomicida mexicano Gregorio “Goyo” Cárdenas Hernández ya tiene más de sesenta años, resulta interesante, como tantos otros que hemos traído a este libro, para conocer la evolución con que la criminología ha tratado de explicar los distintos comportamientos de los homicidas seriales. En éste, en particular, por el debate que se produjo en la Sociedad de Neurología y Psiquiatría de México (DF), sobre la personalidad del autor de los hechos y su imputabilidad o no.
Escribía José Revueltas en 1942: “Ahora ya no se discute si Gregorio Cárdenas Hernández es un enfermo; discútese, tan sólo, si el criminal de Tacuba es un esquizofrénico o si, como lo sostiene el doctor Gonzalo Lafora, es un epiléptico psíquico. Y lo discuten nada menos que personalidades especialistas en neurología tan eminentes como el doctor Salazar Viniegra, el doctor Manuel Guevara Oropeza y el doctor Alfonso Millán”.
Cuando el doctor Lafora presentó su estudio del caso Gregorio Cárdenas Hernández, el local de la Academia Nacional de Medicina de México resultó insuficiente, para el numeroso público que concurrió al interesante evento científico. Entre los neurólogos se encontraban los doctores José Quevedo, Manuel Falcón y Edmundo Buentello.
Invitados por la Sociedad de Neurología asistieron también el licenciado Urtusástegui, representante del Ministerio Público ante el Juzgado Decimocuarto de la Quinta Corte Penal, que es donde se ventila el caso de Gregorio Cárdenas; el licenciado Martínez La valle , secretario del mismo juzgado, y el licenciado Jorge G. Casasús, defensor del reo. En medio de un respetuoso silencio, el doctor Guevara Oropeza, presidente de la Sociedad de Neurología y Psiquiatría, dio por abierta la sesión, concediendo el uso de la palabra al doctor Gonzalo Lafora.
Respecto del cuadro clínico, “se advierten en los antecedentes hereditarios de Cárdenas... –dijo el doctor Lafora– ...evidentes signos patógenos. Tanto en la línea materna como en la paterna existen detalles susceptibles de acusar una herencia enfermiza. El padre de Gregorio sufrió de jaquecas hasta los treinta y un años, hecho que debe ser tomado en consideración por la circunstancia de haber persistido hasta tal edad”. En la línea materna, el doctor Lafora logró obtener datos que fijan como explosivo el tipo temperamental de la abuela del sujeto. Debe agregarse a esto la circunstancia de padecimientos epilépticos en dos de las hermanas de Gregorio, así como el detalle de la enuresis (orinarse en la cama) del propio criminal, que sufrió dicho fenómeno hasta los dieciocho años de edad, unido a los clásicos pavores nocturnos. Cárdenas Hernández padeció siempre de pesadillas angustiosas, cefaleas y vértigos, y durante su vida consultó con frecuencia a numerosos médicos. En los últimos meses sufría reacciones depresivas, mientras por otra parte llevaba una vida de trabajo activo y aparentemente normal.
Según narra un condiscípulo de Gregorio Cárdenas, en cierta ocasión hubo de parte de los demás compañeros del criminal una especie de protesta en su contra, protesta hiriente y con vías de hecho, a causa de determinados apuntes de clase. La reacción de Gregorio Cárdenas fue de timidez y apocamiento, lo cual hizo a sus compañeros juzgarlo más bien como un cobarde. Otra característica de Gregorio, que según el doctor Lafora puede clasificarlo entre los tipos llamados económicos, era su poco desprendimiento con respecto al dinero. Hacia las mujeres públicas con quienes tenía relaciones, adoptaba un trato que distaba mucho de la generosidad, y el automóvil que tenía lo usaba en ocasiones como vehículo de ruleteo, para allegarse algunos fondos.
La vida sexual de Gregorio Cárdenas se inicia a los once años, con las manifestaciones narcisistas habituales, sin ninguna tendencia hacia la pederastia o el incesto. A la edad de dieciocho años comienza a frecuentar prostitutas, llegando a padecer algunas enfermedades venéreas, en una de las cuales se descubre la existencia del treponema pálido, sin que el tratamiento de la enfermedad se condujera en forma enérgica. En 1940 entra en relaciones con Virginia Leal, a quien conoce en un baile y después hace su amante. Virginia, después de un corto espacio de tiempo, lo abandona, hecho que Gregorio consigna en su diario. Parece ser que esta decepción amorosa le crea ciertas inclinaciones hacia el resentimiento y el rencor, en contra de las mujeres. Más tarde conoce a Gabina González, a quien posee sin haberse casado, por lo cual la familia de ella recurre a los tribunales para obligarlo a contraer matrimonio. Después de una corta temporada matrimonial, Gregorio se divorcia, acusando de infidelidad a su esposa. En el intervalo que sigue y hasta sus relaciones con Graciela, frecuenta a meseras de restaurantes y cabarets. Los amores de Gregorio Cárdenas con Graciela Arias arrojan datos de sumo interés, para la fijación de la personalidad del criminal. Graciela, en efecto, representa un hecho nuevo en la vida de Gregorio.
Continuamente se siente acosado por los celos en relación con Graciela; el temperamento de ella lo desquicia, ya que con frecuencia tienen choques. En cierta ocasión en que Graciela habla por teléfono, Gregorio la increpa acerca de con quién se encuentra hablando, a lo cual Graciela replica vivamente que, si le interesa saberlo, investigue, respuesta que produce extraordinaria desazón en Cárdenas Hernández. Justamente antes de estrangular a Graciela, el homicida tiene una escena de celos con ella, después de la cual sufre el acceso de epilepsia durante el cual mata a la muchacha.
La actitud de Gregorio con respecto a los animales es particularmente sintomática. Por ellos siente una especial ternura y delicadeza. Durante algún tiempo mantiene relaciones con una muchacha, de apellido Romero, quien, según Gregorio, le profesaba extraordinario cariño. La joven lo visitaba en la casa de Mar del Norte, donde Gregorio tenía un conejillo que usaba como animal de experimentación. Muerto accidentalmente el conejillo, entre la muchacha y Gregorio le dan sepultura, encontrándose ya tres de las víctimas enterradas en el jardín, buscando precisamente el lugar más opuesto a donde yacían las mujeres estranguladas por el criminal. “Por un momento –confiesa Gregorio Cárdenas Hernández al doctor Lafora– tuve el deseo de poseer por la fuerza a la muchacha, para estrangularla después”. No obstante, por quién sabe qué razones, el criminal se domina y no hace nada en contra de la joven. “El impulso homicida de Gregorio Cárdenas –afirma el doctor Lafora– no surge en todo momento. Su vida amorosa obedece siempre a impulsos sentimentales”. El doctor Lafora narra a continuación el hecho, ya suficientemente conocido, de cómo ante un alacrán, que apareció en la casa de su familia, Gregorio tuvo escrúpulos para darle muerte.



Pruebas psicológicas forenses
Falta de comunicación de ministerio público y peritos.
Actual mente se hacen informes clínico y no un informe forense


Protocolo de Estambul
Manual sobre violencia (OMS)
La mayoría de los agresores son hombres.



Psicótico Psicópata

Trastorno mental Trastorno de la personalidad
Alteración de la realidad
Problemas de cognición y abolición.

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